Cuando te pienso mi mente se relaja, mi cuerpo se enternece, mis miedos desaparecen y descubro nuevas emociones. Inmediatamente viene consigo un mar de sentimientos que me provocan una increíble sensación de bienestar.
Es entonces cuando en los rincones más recónditos de mi subconsciente observo tus ojos detenidamente y alcanzo a divisar la sombra de tu alma, porque tu mirada es transparente, sincera, libre y penetrante. Es un espejo de emociones encontradas que pierden su rumbo hasta encontrar la simetría perfecta producto de la percepción de mi imagen.
Pero aun no estoy satisfecha hasta que percibo tu presencia, te contemplo detenidamente, es ahí que ese mar de sentimientos se transforma en mi libre existencia.
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