miércoles, 19 de agosto de 2009

Amarte

Amarte en el silencio irrumpe en la quietud que acaricia la calma con una hoja colmada de ilusión elevada por el viento que suscita tu aliento.

Amarte en el calor, funde la pasión con alegrías ocultas que despiertan con el fervor de tu cuerpo.

Amarte en el olvido suscita nuevos pensamientos cegados por la pureza y esperanza.

Amarte en el dolor y la desdicha, apacigua las gotas de sangre que brotan las heridas de mi corazón.

Amarte en el amanecer, trae consigo la armonía musical del canto de las aves en una mañana que resplandece ante cualquiera llena de vida por la luz del sol.

Amarte en el atardecer pinta la inmensidad del cielo artísticamente con los más bellos colores que se esconden en tus sentimientos.

Amarte en la oscuridad ilumina los caminos con destinos negros e inesperados.

Amarte cada segundo que transcurre en el lento sonar de las manecillas del reloj acelera los latidos de mi noble corazón.

Simplemente vivir para amarte.

jueves, 6 de agosto de 2009

Oda a la oscuridad


Confieso que amo la oscuridad, la penumbra de la noche me atrapa lentamente con su tranquilidad, respiro en una atmósfera de paz al sentir la invasión de la oscuridad.

Mis ojos perciben claramente lo que desean ver, se sienten libres al estar en un mundo que dominan, pues son como dos rayos de luz que sobresalen en las tinieblas, observan la divinidad de las estrellas que iluminan el universo.

Al empezar la noche, intento dormir pero mis ojos intranquilos renuncian a cerrarse. Me siento en plena calma, escucho claramente los sonidos de la noche rogándole al cielo que no aparezca el día, hablándole al Sol para que sucumba en la infinidad de la oscuridad. Le susurro a la Luna que permanezca radiante en la sencillez de la noche y contemplo plácidamente el resplandor que emana su bella luz al reflejarse en la inmensidad del mar.

Pero es inevitable ver llegar la luz del día sin ser invitada, el sol obliga con recelo y agresividad natural a la luna a ocultarse, y ella se refugia con ínfima tristeza aferrándose a la profundidad de mis ojos que la abrazan tiernamente con el brillo de su nostalgia.

Aún así, mi mente sedienta de la noche no se desespera, se conforma impacientemente con saber que en unas horas todo regresará a la normalidad y yo seguiré amando y disfrutando del paisaje que se esconde en mi hermosa y apacible oscuridad.

miércoles, 5 de agosto de 2009

En tu ausencia

El silencio atropella la quietud de la noche buscando tus palabras, la luz de mi ser escarba en la oscuridad tratando de hallarte, el frío de mi piel anhela con el calor de tu cuerpo apaciguarse, pero el tiempo transcurre lentamente sin encontrarte.

Mi mente se rehúsa a dejar de pensarte, mi cuerpo me obliga en mis sueños a tocarte, en mi interior se siente el vacío que denota tu ausencia, la noche está intranquila sin tu presencia, la luna transita inquieta en la oscuridad buscando tu existencia.

El alba se manifiesta al sol asomarse ansiando divisarte, las aves cesan su canto para poder escucharte, la noche y el día se mezclan para poder acariciarte, y yo sigo impotente al ser incapaz de tocarte.

Nuevamente llega la noche, intempestivamente su silencio se rompe al escucharte, susurras palabras que acarician el viento con su dulzura, llega la paz en la oscuridad al percibir tu ternura, el tiempo se detiene para que mis ojos puedan lentamente contemplarte y mi cuerpo finalmente se abrigue con tu calor al abrazarte para sentirte nuevamente hasta poder amarte.